Andrés Sanfuentes

La ausencia de estrategia con el precio del cobre

Andrés Sanfuentes Ingeniero comercial U. de Chile Miembro del directorio del Centro de Estudios del Desarrollo

Por: Andrés Sanfuentes | Publicado: Viernes 1 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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El precio del cobre superó los US$ 3 por libra, la cotización más alta desde noviembre de 2014. Su evolución futura es una incógnita, incluso para los especialistas en este mercado.

La pregunta que surge es qué debe hacer el país frente a este hecho, en circunstancias que no se tiene una estrategia de largo plazo para enfrentar los vaivenes continuos en la cotización y así superar las respuestas fáciles de Hacienda que miraría con satisfacción el aumento en los ingresos fiscales en tiempos de estrechez de la caja fiscal; del Banco Central que se alegraría de los efectos en una menor inflación, su única meta macroeconómica; del Ministerio de Minería que no corta ni pincha en la actividad; de los ejecutivos de Codelco y otras empresas mineras que ven con alivio que la urgencia en rebajar costos no es tan inmediata; del Ministerio de Economía que sigue perdido en el diseño de las estrategias de fomento productivo; de los economistas “overnight” que tendrían menos cobertura mediática con sus pronósticos de corto plazo y sus equivocaciones nunca comprobadas posteriormente; de los empresarios que intentan aprovechar otra “pasada” en el ambiente de incertidumbre.

Durante el gobierno de Piñera el país fue favorecido por la anterior alza de precio del metal, pero no fue aprovechada la abundancia de recursos fiscales para corregir las trabas que ya se habían acumulado en el desarrollo económico del país, por ejemplo, la modernización del Estado o el fomento de otras actividades de exportación, en una administración caracterizada por la ideología neoliberal y el inmediatismo empresarial. Es más, hasta los incipientes esfuerzos anteriores en el desarrollo de las cadenas productivas fueron desactivados. En el caso del sector minero básicamente se marcó el paso, a pesar de los temas pendientes y la ausencia de una política estratégica para dar pautas futuras de acción. En la actual carrera presidencial tampoco ha sido una materia prioritaria en los escasos debates ocurridos.

La discusión acerca del aprovechamiento de la posible mantención del precio del cobre en torno a los US$ 3 por libra, requiere una reflexión pronta para ver las alternativas de largo plazo. En ese sentido debiera convocarse a un comité similar a la comisión Bravo sobre las pensiones y las comisiones Ramos sobre productividad y Engel sobre conflictos de interés las cuales, gracias a la calidad y diversidad de sus integrantes han planteado propuestas valiosas y que podrían iluminar la estrategia para este nuevo tema.

Hay muchas materias que requieren de orientación:

• En lo institucional, quién es el responsable de la política del cobre, con un ministerio tan débil como es el de Minería; Hacienda que tiene un sesgo hacia la caja fiscal y el crecimiento en el corto plazo; Economía que no asume con decisión sus funciones de fomento productivo, entre ellas concentrar esfuerzos en el “cluster” de la actividad cuprífera y el desarrollo de los insumos y subproductos del metal; la evaluación de los diferentes proyectos de inversión de Codelco; el futuro de la Enami; el débil papel que Cochilco cumple en la actualidad.

• Establecer eventuales modificaciones al régimen tributario que grava a las exportaciones de cobre, entre ellas el “royalty”, considerando que en su origen es un recurso natural nacional.

• Considerando que el precio del cobre influye directamente el nivel del tipo de cambio y sus oscilaciones afectan seriamente las inversiones en actividades de exportación, qué políticas debería seguir el Banco Central para cumplir con su finalidad de mantener la estabilidad financiera del país.

El tema central es diseñar una política de largo plazo que permita aprovechar

una bonanza que puede ser transitoria, para resolver problemas que se vienen arrastrando desde muchos años y que conciernen al país y su futuro, no solamente al sector.

De esta manera no seguirían haciendo el loco el grupo que tiene que definir el precio probable del cobre, para configurar periódicamente el Presupuesto Nacional o los economistas “overnight” siempre al alcance de la prensa de la farándula financiera.

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